Como acabamos de ver, la utilización de una frase clave implicará que al intentar conectar con el servidor, el cliente la solicitará al usuario, debiendo este tipearla. Hemos perdido una de las grandes ventajas (desde los ojos del usuario inexperto, puede parecer que estamos como al principio).
Para evitar esta molestia, y también para reducir el riesgo de que alguien averigüe nuestra frase clave al tener que tipearla 10 veces por hora12, se utiliza el ssh-agent.
Este programa se ejecuta como un demonio (daemon) y permite almacenar las claves privadas (descifradas) para su posterior uso por el cliente de SSH.