Un directorio es una base de datos optimizada para lectura, navegación y búsqueda. Los directorios tienden a contener información descriptiva basada en atributos y tienen capacidades de filtrado muy sofisticada. Los directorios generalmente no soportan transacciones complicadas ni esquemas de vuelta atrás como los que se encuentran en los sistemas de bases de datos diseñados para manejar grandes y complejos volúmenes de actualizaciones. Las actualizaciones de los directorios son normalmente cambios simples, o todo o nada, siempre y cuando estén permitidos. Los directorios están afinados para dar una rápida respuesta a grandes volúmenes de búsquedas. Estos tienen la capacidad de replicar la información para incrementar la disponibilidad y la fiabilidad, al tiempo que reducen los tiempos de respuesta. Cuando la información de un directorio se replica, se pueden producir inconsistencias temporales entre las réplicas mientras esta se está sincronizando.
Hay muchas formas diferentes de proveer un servicio de directorio. Diferentes métodos permiten almacenar distintos tipos de información en el directorio, tener distintos requisitos sobre como la información ha de ser referenciada, consultada y actualizada, como es protegida de los accesos no autorizados, etc. Algunos servicios de directorio son locales, es decir, proveen el servicio a un contexto restringido (como por ejemplo, el servicio finger en una única máquina). Otros servicios son globales y proveen servicio a un contexto mucho más amplio (como por ejemplo, Internet). Los servicios globales normalmente son distribuidos, esto significa que los datos están repartidos a lo largo de distintos equipos, los cuales cooperan para dar el servicio de directorio. Típicamente, un servicio global define un espacio de nombres uniforme que da la misma visión de los datos, independientemente de donde se esté, en relación a los propios datos. El servicio DNS (Domain Name System) es un ejemplo de un sistema de directorio globalmente distribuido.